Todo en la nave estaba oscuro, a penas se podía escuchar el lejano zumbido de los reactores de popa desde el vacío puente de mando. Pero esa oscuridad y quietud, fue profanada por el encendido simultáneo de todos los monitores de navegación.
En ellos fueron apareciendo distintos diagramas y esquemas, así como un cursos que a su paso iba escribiendo.
Tiempo estimado para la entrada en la Nebulosa Rosetta: 52 días, 30 minutos, 49 segundos.
Aproximación al perihelio: 12.400,000.000 de kilómetros
Afelio elegido: Punto de Lagrange L2.
Mientras Rásselas reflexiona a oscuras en su camarote.
Sigo en mi invierno, en el monocromático vació de inicio de año, gélido e inmóvil. La nave se dirige siguiendo el programa de aproximación a la Nebulosa de Rosetta. Así que tengo tiempo para otras tareas.
Y no falta mucho. La oscuridad del cosmos se torna luz poco a poco, ganando minuto a minuto cada día. Hasta que llegue mi primavera.
En ese momento me prometo descender en el primer planeta que encuentre, para ver las primeras flores de almendro. Pasearé por ellas colmándome de su belleza, de su imagen, de su olor.
Será entonces cuando deba entablar combate, pero será una lucha terrible conmigo mismo. Sí, mi yo más pequeño e insignificante. Delicado como una pompa de jabón, fugaz como un parpadeo, puro como una sonrisa. Es como el destello en las ondas, como un perfume que no se aprecia, pero esta. Si ese yo, perdido en lo hondo, en lo profundo, lo más intrínseco. La esencia viene en tarros pequeños.
Deberá luchar con mi yo diario, mi yo que se ve, mi yo que yo veo, mi yo que creo que soy, mi yo que lucha por perfeccionarse, mi yo con sus imperfecciones, mi yo con sus rarezas, mi yo con sus emociones.
Y de esa lucha entre lo enorme y lo pequeño, entre lo que es y la esencia de lo que es
nacerá un poema. Pero de un solo verso, de una sola palabra, de una sola sílaba
simplemente: Tu.
Combinación perfecta que haces todo mi ser completo, coordinado, sustancioso. Tu, cohesión de mi todo.
Solo faltará ponerle nombre.
Fin de la transmisión diaria
Rásselas, emite el mensaje y desconecta la computadora. Al levantarse observa su reflejo en la escotilla que da al exterior. No dice nada.
Apaga la luz y duerme, con la intención de tener un agradable sueño.
Buenas noche, amigos.
La primavera ¡¡wao!! mi estación preferida.
Que lindo lo que has escrito, me ha gustado en verdad.